sábado, 9 de mayo de 2015

La florista

La florista se pasea por la vida regalando flores y cobrando sonrisas. En el metro. En el descansillo de la escalera. En el ascensor. En el super-mercado. En la calle.

En un instante, le arranca una sonrisa a cualquiera con el que se cruce. A un niño. A un anciano. A una mujer que pasea con su nieto. A un hombre que coge un yogur del estante refrigerado. 

No sé dónde guarda las sonrisas. Creo que las necesita para poder respirar. 

La florista lleva una flor en el pelo.




2 comentarios:

  1. Sonrisas y flores. Ambas cosas alegran la vida. Y mucho.
    Muy hermoso el escrito, Daniel.

    Saludos.

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    1. También alegra la vida un comentario así. Con él me ha regalado una flor y me ha arrancado una sonrisa. Igual que hace la florista de este pequeño relato con cada persona con la que se cruza por la vida.

      Muchas gracias, Mari Carmen.

      Un saludo.

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